El diario La Voz de Galicia informa de opiniones de Sonia González, miembro de la Junta de Gobierno del Ceesg, cuya texto texto transcribimos:
«Sonia González: «Ahora hay más familias que necesitan ayuda financiera y aumentarán»
El Colegio de Educadores Sociales ha promovido un mercado laboral al comienzo de la pandemia que «funciona bien»
Un estudio realizado por el Colexio de Educadoras e Educadores Sociais de Galicia (Ceesg), con información recopilada de su grupo de profesionales durante la crisis de covid-19, concluye que hay personas que aún no tienen acceso a los servicios sociales, y lo harán en el momento en que dejan de depender de la ayuda de familiares o vecinos. Algunos municipios ya han duplicado en esta crisis el apoyo que brindan a las familias. Inicialmente, eran principalmente ayuda alimentaria y otras necesidades básicas. Ahora tiene que haber un mejor acompañamiento para la gente», afirma Sonia González, miembro de la entidad.
Como resultado de este trabajo, “para los municipios con más de 20,000 habitantes, hemos realizado una carta de propuestas a mediano plazo, para que contemplen fortalecer los equipos de apoyo para familias y menores de especial vulnerabilidad. Notamos cómo, en general, en los municipios ahora hay más familias que necesitan ayuda financiera, y van a aumentar más; y también los usuarios de los servicios sociales ”, agrega.
Así, este grupo profesional propone que “sobre todo es necesario continuar fortaleciendo los equipos de intervención social. También se requiere una mayor coordinación con las escuelas de manera continua y permanente. Están surgiendo muchas situaciones que no se estaban abordando. Con la crisis de covid-19, las familias en situaciones vulnerables han aumentado debido a ERTE y otras consecuencias del estado de alarma. Son personas con las que no hemos trabajado desde los servicios sociales, en parte debido a la falta de mayor coordinación que exigimos «, afirma Sonia.
Los profesionales de la educación social trabajan en centros y servicios como residencias para ancianos, protección infantil, menores, personas sin hogar, atención a víctimas de violencia de género, drogadicción, asistencia a personas con diversidad funcional y otros cuidados. Son «recursos de primera necesidad, en los que la educación social realiza un importante trabajo de apoyo socioeducativo», defiende Sonia.
La sede de Ceesg en Santiago centraliza un mercado laboral, que ha estado operando desde el comienzo de la pandemia. Gestionan ofertas para trabajar como monitores de ocio y tiempo libre, técnicos de educación ambiental u orientación laboral, educadores familiares, intervención sociolaboral, enseñanza y otros. Estas son áreas donde está presente esta especialidad de Ciencias de la Educación, que es un título de la USC y otras universidades. “Ese mercado laboral funciona bien. Sirvió para satisfacer las demandas laborales y contribuyó a la conciliación de profesionales que necesitaban reducir las horas de trabajo para cuidar a sus familias; para aumentar la atención a los menores que solían salir a visitar a sus familias y esta temporada no se pudo hacer, o fortalecer el personal de los servicios de protección, entre otras demandas «, dice.
También participan en un proyecto de investigación de varias universidades sobre el papel de la educación social en esta crisis de covid-19. «Vemos cómo en los primeros días de esta pandemia había preocupación por problemas como la falta de EPIS, que se han resuelto. Hemos visto la necesidad de reducir la brecha digital, ya que muchos municipios ofrecen apoyos como fotocopias, tareas escolares, contribuciones wifi y equipos informáticos, y hay familias que no saben cómo utilizar estos recursos. También compran espacios para la expresión de situaciones de abuso infantil que ocurren en confinamiento. Hemos movido muchas propuestas para la Xunta y para los consejos, que esperamos sean valoradas y tomadas en cuenta «, dice Sonia.
Información y texto original en gallego.
(Traducción de Google)
