Reproducimos el artículo, entrevista, que publica el diario digital ElCorreoGallego sobre educadores sociales en centros escolares realizado a educadoras del Colexio de Educadores Sociais de Galicia
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«No podemos actuar sólo apagando fuegos, debemos hacer prevención»
«Desde el Colexio de Educadores Sociais de Galicia reivindican su introducción en los centros educativos.
Definen la propuesta de instalar cámaras en las aulas como fomento de la «cultura del castigo y la intervención tardía»
Poco tiene que ver la delincuencia juvenil actual con la de los años 80. Ahora crece la violencia machista y las agresiones sexuales, poniendo de manifiesto una quiebra profunda del sistema educativo, según indica la Fiscalía, que también asegura que un gran número de delitos contra menores los cometen personas cercanas, tanto en entornos familiares como educativos. Por ello, los fiscales proponen como medida la instalación de cámaras en despachos y aulas de los centros educativos, que ayuden a probar los hechos y eviten que determinadas personas se vean sometidas a sospechas o imputaciones.
Para actuar frente a estos cambios de tendencia en la tipología de delitos de los menores, la prevención es, según los expertos, la respuesta. Y los educadores sociales son unos especialistas que tienen mucho que decir en estos aspectos. El Colexio de Educadoras e Educadores Sociais de Galicia (CEESG) indica en un comunicado de prensa que esta propuesta de poner cámaras es de la «cultura del castigo y la intervención tardía», cuando lo que debería hacerse es fomentar las acciones socioeducativas de prevención, que tienen un efecto a largo plazo y que hacen cambiar los valores que deseamos para nuestra sociedad tales como el respeto, la convivencia, la igualdad, la paz… Es decir, «debemos aspirar a erradicar estas conductas en el aula».
La presidenta del Colegio, Laura Vilaboy, y una de sus vocales, Sonia González, explican que como profesionales llevan años reivindicando la incorporación de la figura del educador social en el sistema educativo gallego. Una experiencia que ya está «en marcha en otras comunidades autónomas como es el caso de Baleares, Canarias y Extremadura», aseguran figura dentro de la comunidad educativa El educador social es una figura que tiene mucho que decir y hacer dentro de la comunidad educativa, tanto con los alumnos como con los docentes y las familias. Podría ser un referente durante toda la escolarización para desarrollar acciones socioeducativas centradas en los valores a reforzar, intervenir en resolución de conflictos, fomentar las relaciones del centro con su entorno, asesorar a padres y madres y formarlos y desarrollar, de la mano de los profesores, programas transversales para atajar este tipo de problemática. Es decir, explican, una intervención integral con la comunidad educativa: escuela, familias y barrio.
Su trabajo ya está integrado en muchos ámbitos, siempre en estrecha colaboración con los Servicios Sociales comunitarios. El problema, aseguran Vilaboy y González, es que «apagamos fuegos, ponemos tiritas, vamos abordando problemáticas» cuando el daño ya está hecho, pero la verdadera respuesta que se debería de dar es «la prevención», que es la que soluciona y cambia. Es decir, indican, el foco no debe ponerse en el problema sino en la vulnerabilidad que hace que se dé el problema.
También trabajan en los colegios por lo que consideran que «la necesidad está creada», aunque por ahora sea con charlas y formación puntual, y tienen todo el apoyo de la Confederación de ANPAS Galegas.
En cuanto a la visión de que entre los menores actuales repunta el machismo aunque la sociedad esté más concienciada del problema, las representantes de los educadores sociales gallegos resaltan que tienen «una visión más positiva». Se saben más casos porque se visibilizan más, hay un gran acceso a redes sociales incluso a edades tempranas, cuando aún no saben discriminar bien la información.
De todas formas, apuntan a que «si no se atajan estos comportamientos entre los menores y se ponen herramientas educativas suficientes la tendencia va a la deriva», aunque el trabajo del colectivo en los últimos años «sí que se ha notado, se han notado mejoras importantes».
Laura Vilaboy, presidenta del CEESG, a la derecha, y Sonia González, vocal, en la sede del colegio – FOTO: F.B.
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