12/05/2020 · Estado
La revista Profesiones publica su nº 184 con el título «Ante la emergencia del COVID-19» e incorpora opinión de Lourdes Menacho, Presidenta del CGCEES
La revista Profesiones, en su número 184, con el título genérico «Ante la emergencia del CCOVID-19«, publica, entre otros, un apartado con el título Las Voces de los profesionales ante el COVID-19, donde puede leerse:
«El número 184 de la revista Profesiones ha podido reunir a las presidencias de los Consejos Generales y Colegios de ámbito nacional que se agrupan en Unión Profesional para que reflexionen sobre la experiencia de la profesión a la que representan en unos momentos en los que la normalidad, tal como la conocíamos entonces, se detuvo en pro de lo urgente: la salud. Esto produjo un cambio inmediato en los hábitos y un obligado confinamiento para dejar actuar a los servicios esenciales, fundamentalmente a quienes lucharían en primera línea por salvar vidas: las profesiones sanitarias.
El reconocimiento social de estas no tardó en llegar, lo que ha supuesto la extensión del mismo a todas las demás profesiones, que ahora, en la etapa de desescalada, se unirán a esa primera línea, así como a reforzar una retaguardia imprescindible para volver a poder disfrutar de una realidad, diferente a la que recordamos, pero realidad al fin y al cabo».
Este número, en su página 23, recoge las palabras de Lourdes Menacho, Presidenta del Consejo General de Colegios de Educadoras y Educadores Sociales, (CGCEES) que transcribimos:
«Lourdes Menacho Presidenta Consejo General de la Educación Social
La crisis sanitaria y social derivada de la epidemia por el Covid-19 ha causado un gran impacto en nuestra profesión y ha modificado el modelo habitual de intervención.
Formamos parte del grupo de profesionales que han proporcionado servicios esenciales, sin las condiciones mínimas de protección ni protocolos claros de actuación ante un posible contagio, sin que ello afecte a la atención directa en los servicios residenciales de todos los colectivos y personas con las que intervenimos, prestada en todo momento con profesionalidad y buena praxis, superando la tensión, el miedo y la incertidumbre, a pesar de la precariedad de nuestro sector.
Las administraciones públicas han suspendido proyectos y programas destinados a la ciudadanía generando más desempleo. La sociedad debe replantearse las necesidades reales y mejorar la planificación de las emergencias tras constatar la actuación de miles de voluntarios/as realizando el trabajo que habitualmente desempeñan los/as profesionales.
Es necesario crear una comunidad que reconozca el valor del trabajo de todas las personas, sin jerarquías entre profesiones ni privilegios establecidos en los servicios prestados, y en la que sigamos demostrando empatía, solidaridad y reconocimiento».